El otoño es una auténtica explosión de color que no puedes dejar pasar para hacerte un reportaje de familia. Aprovecha esta oportunidad única.
¡Y llegó el frío!
Ya casi nos vamos acostumbrando a que el verano se vaya alargando hasta adentrarnos en el mes de noviembre. No lo hace con esas temperaturas asfixiantes de julio y agosto, pero si que lo hace de tal manera que ese veranillo de San Miguel dure más de lo normal.
Lo malo de todo esto es que cuando llega el otoño de verdad, especialmente en forma de bajada de temperaturas, nuestro ánimo decae y buscamos cobijo en casa. Es como si no hubiera nada que hacer fuera del refugio acogedor de nuestro hogar.
Y es que el frío tiene estas cosas. Un frío que unido a la reducción de las horas solares propias de estas fechas, parece que nos empuja, de manera inexorable, a un aletargamiento para esperar la llegada de esa siempre anhelada primavera.
Explosión de color
Pero la realidad es bastante diferente, o al menos así lo veo yo. El otoño es realmente una oportunidad única para salir a la calle y hacer infinidad de cosas.
Y es que esta estación nos regala año tras año un auténtico festín de colores, aromas y sensaciones a los que es difícil resistirse. Y si a eso le sumas, ¡pero en positivo!, todo lo que implica estas frescas temperaturas, aun no tan rigurosas como las invernales, sólo te queda una opción: ¡salir a disfrutar del espectáculo del otoño!
Con todos estos ingredientes y en clave fotográfica… ¿qué puedo decirte?
Simplemente que el otoño es una oportunidad única para hacerte un reportaje de familia muy especial. Sentir la calidez de la ropa de abrigo, disfrutar de una luz que brilla de forma única en esta época del año o envolvernos en una explosión de color donde los ocres toman un protagonismo que nos sorprende…. Estos son sólo algunos de los argumentos que puedo esgrimir para convencerte de aprovechar esta oportunidad para hacerte un maravilloso reportaje de familia.
¿Quedamos para hacerte tu reportaje de familia?
Reza el dicho que las oportunidades las pintan calvas, así que no te lo pienses más para hacerte tu reportaje de familia porque de lo contrario, nos meteremos sin darnos cuenta en invierno y Navidades, y toda la magia del otoño se desvanecerá sin darnos cuenta.
Desde un paseo urbano por el centro de tu ciudad comiendo castañas o disfrutando de una simple taza de café, hasta adentrarnos en un mágico bosque de hayas rodeados de un manto de hojas caídas… cualquier sitio es un escenario maravilloso para hacerte un reportaje de familia otoñal.
Tu sólo tienes que hacer unas cosas muy sencillas: reservar día para tu reportaje de familia, escoger un escenario que te emocione, montar una historia y, ¡sobre todo!, poner tu mejor sonrisa ese día… del resto ya me encargo yo.
Y además, este reportaje de familia te servirá para que, estas Navidades, tengas esas fotos con las que sorprender y desear unas Felices Fiestas a tus familiares y amigos más allegados.
No te lo pienses más. ¡Llámame ya! ¡Que poco a poco mi agenda se va llenando!
Dale al me gusta, reserva tu fecha, comparte y si tienes alguna duda… ¡déjame tu comentario!
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