Cuentan los lugareños que al atardecer la magia del bosque fluye por cada rincón, entre cada árbol. El sol de septiembre es singular, como este reportaje boda de Aroa y Xabi.

En el corazón de la Garrotxa, un lugar para soñar

Cuando Aroa y Xabi nos dijeron donde iban a celebrar su enlace, me dije «Kris, en esta boda has de darlo todo porque el lugar elegido para este reportaje boda es especial, al igual que esta pareja con la que tantos lazos me une».

El hielo con ellos ya lo habíamos roto con la preboda, pero eso no era excusa. Los nervios de los preparativos, la tensión del momento y los imprevistos finales, no debían ocultar a la cámara la ilusión de lo que iba a ocurrir.

Y la verdad es que un lugar de los que inspiran  … la Masia La Garriga ofrece la posibilidad de casarse en medio de un espectacular bosque en plena comarca de la Garrotxa, con el inmejorable encuadre de Montserrat de fondo.

Es un lugar único, con mil rincones para fotografiar y deleitarse. El magnifico edificio de la propia masía ya resultaba impresionante, repleto de rincones donde captar instantes únicos.

Los previos, clave para que este reportaje boda sea diferente

Todo lo que giró en torno a la boda estuvo preparado con mimo por parte de Aroa y Xabi, detalles que servirían para darle al acto una marca muy personal.

Los preparativos nos permitió captar momentos íntimos, pero en un entorno que nos hizo transportar a otro tiempo. La historia de este reportaje boda se empezaba a escribir en esos instantes únicos.

El verso leído por el padrino, el ramo de novia, los abrazos de amigos y familiares y las sonrisas maravillosas de Aroa hicieron que la magia empezara a brotar por todas partes.

Atardecer en el bosque

El susurro del viento entre las ramas nos trajo el ¡si quiero! entre Aroa y Xabi!, rompiendo el encanto de un instante único, repleto de sentimientos a flor de piel, de miradas y risas, con el toque final de color por una sorpresa en forma de ruedas, homenaje por excelencia entre ciclistas el día de su boda.

Pero el sol no entiende de sentimientos, ni de momentos, ni mucho menos de fotografía… y no retrasó ni un minuto su recorrido. Tuvimos que correr para captar esos últimos rayos de sol de un día plagado de emociones y sensaciones únicas.

Cuando el sol se puso … la magia del bosque hizo su efecto.

Gracias pareja por darnos un poco de vuestras sonrisas para hacer de este reportaje boda un trabajo tan especial. Tanto mi compañera dOri rOmera como yo nos sentimos muy especiales compartiendo este día tan importante para vosotros.